Con posterioridad a la conclusión de la Convención de Armas Biológicas, en 1972, y en conformidad con su artículo IX, los negociadores de la Conferencia de Desarme en Ginebra se focalizaron en el establecimiento de la Convención de Armas Químicas. De esta manera, varios Estados propusieron a la Conferencia de Desarme distintos borradores de Convención, como la URSS en 1972, Japón en 1974 y Gran Bretaña en 1976. No obstante, el trabajo multilateral de la Convención fue esencialmente de carácter exploratorio.
Paralelamente, en 1975, comenzaron las conversaciones bilaterales entre la URSS y Estados Unidos, en el marco de una iniciativa conjunta, para alcanzar un acuerdo que prohibiera las armas químicas. Este diálogo bilateral implicó una importante contribución en la identificación de un enfoque conceptual viable en relación a la naturaleza de este tipo de prescripción; permitió visualizar una estructura basada en criterios y propósitos generales complementada, a su vez, por definiciones y obligaciones más detalladas y estableció la necesidad de instrumentar procedimientos de verificación que incluyeran inspecciones in situ.
Estas conversaciones bilaterales, en cierto modo, delinearon en términos generales la futura estructura de la Convención de Armas Químicas y todos sus progresos fueron adelantados a la Conferencia de Desarme. Sin embargo, en 1980, las mismas colapsaron y hasta 1984 las negociaciones permanecieron stand-by.
En ausencia del diálogo entre las dos superpotencias, otros miembros de la Conferencia de Desarme comenzaron a tener un rol más activo en la creación de una base multilateral para las negociaciones. Asimismo, la Conferencia de Desarme estableció en 1980 un Comité Ad Hoc sobre Armas Químicas, con el fin de estudiar los aspectos principales en esta materia.
En 1984, Estados Unidos presentó a la Conferencia de Desarme un proyecto de borrador de la Convención, que fue el más comprensivo y desarrollado de los hasta entonces presentados. Este borrador delineaba aspectos técnicos específicos sobre como tratar con la prohibición de las armas químicas y asimismo, contenía medidas sin precedentes en cuanto a los mecanismos de verificación.
En 1984, y sobre la base del proyecto presentado por Estados Unidos, se encomendó al Comité Ad Hoc la misión de elaborar la estructura de un borrador preliminar del texto de laConvención de Armas Químicas. Se inició entonces el proceso provisional conocido con el nombre de “rolling text”, caracterizado por el registro de los acuerdos alcanzados en ciertos temas, los puntos en los que continuaban existiendo diferencias sustanciales y las áreas más controvertidas. Esta modalidad, permitía presentar dos veces al año la última versión de los progresos alcanzados en relación al texto de la Convención.
Por otro lado, y en cuanto al contexto internacional, durante la década del ‘80 y principios de los años ‘90 se desarrollaron una serie de acontecimientos que dieron un gran ímpetu al progreso de la Convención de Armas Químicas, a saber: la guerra Irán-Irak; la distensión entre las superpotencias a partir de 1987; la Conferencia en París sobre “la Prohibición de las Armas Químicas”; las consecuencias de la Guerra del Golfo y principalmente, el acuerdo bilateral alcanzado por los Estados Unidos de América y la Unión Soviética en 1990, que consistía en un compromiso entre ambos países de no proliferación de armas químicas y de la destrucción de sus armas químicas almacenadas.
En 1992, durante las negociaciones de la Conferencia de Desarme en Ginebra, el Comité Ad-Hoc recibió un claro mandato de presentar el texto final de la Convención en el transcurso de esa sesión. Para este momento, el rolling text se había convertido en un obstáculo para alcanzar el acuerdo final, en la medida en que contenía todas las posiciones conflictivas que sus respectivos autores no estaban dispuestos a sacrificar. En este sentido, se visualizó la necesidad de implementar nuevas modalidades e iniciativas de negociación para esta etapa final.
Estas nuevas iniciativas provinieron primero de Australia, que presentó un borrador de compromiso sobre la Convención y después del presidente del Comité Ad Hoc - embajador von Wagner de Alemania - quien, tomando en base el borrador presentado por Australia, elaboró un texto, que a diferencia del rolling text, no incluía las reservas o desacuerdos existentes. En adición, este último presentó distintos papers en los cuales se proponían diversas maneras de resolver aquellos puntos en los cuales existían diferencias sustanciales.
Seguidamente, un grupo de 11 países (luego fueron 13) presentaron un listado detallado con contrapropuestas sobre un rango específico de temas conflictivos, lo cual implicaba que aceptaban el resto del texto. Esto llevó a una fase de intensivas negociaciones a nivel diplomático, durante las cuales la mayoría de estos temas fueron resueltos y otros fueron dejados abiertos a la resolución. El presidente del Comité, en base a estos puntos, elaboró un nuevo texto que fue la base para el borrador final que fue presentado por el Comité Ad Hoc a la Conferencia de Desarme.
La Conferencia de Desarme aceptó el texto de la Convención el 3 de septiembre de 1992, concluyendo de esta manera con dos décadas de negociaciones. La Asamblea General de la ONU adoptó la Convención de Armas Químicas por consenso y el 13 de enero 1993 quedó abierta para firma.