Efficast IA

Nueve de cada diez industrias en Latinoamérica registran lo que producen… ¡en planillas de papel! Sí, leíste bien. No en Excel, no en un sistema, sino en hojas físicas que luego, horas o días después, se digitalizan a mano para consolidar la información y generar reportes. Para cualquier industrial, este es el mayor dolor: no poder dirigir su empresa en tiempo real, basado en datos confiables. El resultado es que la industria malgasta dinero en corazonadas o en decisiones fundamentadas en datos incompletos o erróneos. Pretender ser competitivo sin medir todo lo que sucede en tu manufactura es como intentar bajar de peso sin registrar lo que comés ni pesarte con regularidad. Pensemos en otros ámbitos: ¿te imaginás ir al banco a hacer una transferencia firmando un papel? ¿O viajar usando mapas impresos en vez de GPS? Entonces, ¿por qué tantas fábricas siguen operando como si la digitalización no existiera? La respuesta es clara: la tecnología tradicional de captura de datos en manufactura ha sido históricamente inaccesible para la mayoría, no solo por su costo, sino por la complejidad de implementación y la necesidad de contar con personal altamente calificado para ponerla en marcha. Lo sé por experiencia: formé parte de un equipo de 20 personas que lideró la digitalización de una de las plantas más grandes de Argentina, Tenaris Siderca. Si cada persona que quisiera usar homebanking tuviera que desarrollar la aplicación de banco desde cero, ¿cuántas personas operarían desde su casa? El desafío es enorme. La industria manufacturera en Latinoamérica representa el 16 % del PIB regional y mueve cientos de miles de millones de dólares. Sin embargo, enfrenta una brecha crítica: la abundancia de datos operativos no se traduce en decisiones estratégicas efectivas. Cada máquina, proceso y operación genera información que, correctamente interpretada, puede transformar la competitividad de una empresa. Pero esa información rara vez se utiliza a su máximo potencial.