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El Museo de la Diplomacia Argentina recibió la Bandera Nacional que flameó junto a los restos de Manuel Belgrano

El Museo de la Diplomacia Argentina recibió para su conservación y exposición la Bandera Argentina que tremoló junto a los restos del General Manuel Belgrano en el Convento de Santo Domingo, Ciudad de Buenos Aires.

La Directora de Gestión Documental, Celeste Rementería, recibió así de manos del presidente de la Academia Belgraniana, profesor Rubén Alberto Gavaldá y Castro, el pabellón celeste y blanco que se conservará en el Museo de la Diplomacia de la Cancillería Argentina. El Profesor Gavaldá y Castro, disertó sobre "Pío VI, precedente de la faceta diplomática de Manuel Belgrano”, e hizo mención a las gestiones de Manuel Belgrano como diplomático en Paraguay e Inglaterra. 

Al estar en Europa, con 20 años, Manuel Belgrano vivía in situ los acontecimientos de la época, la caída del Antiguo Régimen y la Revolución Francesa. Así, mientras estudiaba envió una carta al Papa Pío VI en la que le solicitaba leer los libros "prohibidos", que eran libros que hablaban de una economía abierta y liberal. Las obras censuradas, de autores de la Ilustración, cuestionaban autoridades religiosas y monárquicas, y promovían la razón, la ciencia y el pensamiento liberal, de autores como Voltaire, Jean-Jacques Rousseau, Denis Diderot, Montesquieu o traducciones prohibidas de la Biblia.

“Los libros a los que Belgrano pudo acceder gracias al permiso dado por Pío VI influyeron en su visión del mundo y su posterior actuación”, remarcó Gavaldá y Castro, y subrayó: “Fueron cruciales para moldear su pensamiento y su futuro rol en el Río de la Plata”. Se sintió Belgrano “influenciado por la fisiocracia y el liberalismo económico que abogaban por la libertad de comercio y la importancia de la agricultura”. El creador de la Bandera Argentina es el primer economista que viene a estas tierras, por ello el 2 de junio, día en que él asume como secretario perpetuo del Real Consulado -un órgano económico-, se celebra en todo el país el Día del Graduado en Ciencias Económicas.

La solicitud que Manuel Belgrano envía a Su Santidad detalla que, “después de haber estudiado la carrera de letras, se dedicó al derecho civil, en el que obtuvo el grado de bachiller, y a otras facultades, siendo al presente presidente de la Academia de derecho romano, práctica forense y economía política en la Real Universidad de Salamanca. Por lo cual, para tranquilidad de su conciencia y aumento de la erudición, a V.S suplica le conceda permiso para leer y retener libros prohibidos en la regla más amplia”.

Este pedido a Pío VI, según el Presidente de la Academia Belgraniana, “es el primer precedente de su innata condición diplomática. La decisión del Papa de otorgarle este permiso especial subraya la reputación de Belgrano como un joven inteligente y su enfoque ponderado hacia la exploración intelectual. En plena juventud, Belgrano absorbía las ideas que enfatizaban la razón, la libertad, la igualdad y la soberanía popular. Pero no por ello dejaba de ser un ferviente cristiano y un hombre de profunda religiosidad católica. Las nuevas ideas comenzaron a influir en su visión del mundo y en su incipiente conciencia criolla, sin por eso dejar de ser una persona de fe. Manuel Belgrano era un joven brillante y curioso. Su acceso a los libros prohibidos, gracias a la autorización papal, fue un evento significativo que amplió sus horizontes intelectuales y contribuyó a la formación de su pensamiento económico y político, sentando las bases de su posterior protagonismo en la lucha por la Independencia argentina”.

 La carrera diplomática del general Manuel Belgrano, comenzó con su designación como secretario perpetuo del Consulado de Buenos Aires en 1794 hasta 1810, tras su estancia en España, donde se graduó en Derecho Público y Economía. Gavaldá y Castro detalló que “abogó desde allí por el desarrollo económico de la región y se enfrentó al monopolio español, lo que implicaba una labor de negociación y representación de intereses locales. La consolidación de estas facetas locales fueron encaradas post Revolución”.

Luego de 1810, Belgrano asume roles militares protagónicos, aunque también diplomáticos: en 1811, como representante de la Primera Junta, viajó a Paraguay para iniciar negociaciones con el nuevo Gobierno guaraní, donde Belgrano actúa con pragmatismo y visión política. La acción de Belgrano allana el camino para la declaración de Independencia del Paraguay, producida en mayo de 1811. Así, evitó el conflicto prolongado ya que la voluntad de los paraguayos era inclinarse por la autonomía y definió las relaciones diplomáticas entre Buenos Aires y Asunción.

Finalmente, Belgrano realizó también una importante visita diplomática a Inglaterra en 1814-1815, junto con Bernardino Rivadavia, con el objetivo de buscar apoyo para la causa de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Los enviados por Buenos Aires no logran el reconocimiento de Gran Bretaña, que en ese momento estaba aliada con España frente al avance napoleónico. Manuel Belgrano abogaba por una monarquía constitucional, incluso proponiendo a un descendiente inca como monarca.

 

Blogspot de de la Academia Belgraniana https://gacetabelgraniana.blogspot.com/2025/04/manuel-belgrano-diplomatico.html

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Autoridades del Museo de la Diplomacia Argentina y la Academia Belgraniana
Autoridades del Museo de la Diplomacia y de la Academia Belgraniana
Bandera Argentina
Acto de donación de la Bandera Argentina en la Cancillería
Donación de la Bandera Argentina al Museo de la Diplomacia
Museo de la Diplomacia Argentina en la Cancillería