“En el G20 no buscamos fotos sino reafirmar lo que planteó el presidente Alberto Fernández en marzo: un Fondo Solidario Global”, afirmó el canciller Felipe Solá al participar el 25 de noviembre del primer simposio anual sobre política exterior organizado por la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP). Se refirió además a la agenda interna Mercosur y el eventual acuerdo con la UE, como así también a la Cuestión Malvinas y la integración de América Latina.
En relación con la Cumbre de Líderes del G20 que se realizó el 21 y 22 de noviembre, el canciller aseguró: “Ha sido un triunfo del Presidente porque hoy ya no se discute el acceso a las vacunas ni que los bienes producidos por la investigación y el pensamiento desarrollado a raíz de la pandemia deben ser bienes universales. Hubo allí una actitud honesta que no pasa por la sumisión sino por decir lo que uno piensa, sostenerlo y verlo reproducido en el tiempo. Es una actitud que se debe valorar”.
“No puede haber un mundo creíble sin multilateralismo, sin una OMC que sepa mediar, contener y hacer cumplir reglas; si no, es la ley de la selva, que es lo que estamos viviendo. El reemplazo del presidente Trump impulsa la idea de bajar el nivel de hostilidades y salir de la ley de la selva en todos los órdenes, especialmente en el comercial”, dijo Solá acompañado por el jefe de Gabinete de la Cancillería, Guillermo Justo Chaves.
Sobre el acuerdo Mercosur – UE, explicó que “nunca fue consultado por el gobierno anterior ningún sector privado de la economía argentina y no hubo ningún análisis de impacto sino sólo hubo una larga y plurianual discusión entre negociadores supuestamente entendidos, algo muy elitista, y finalmente llegaron a firmar el acuerdo, que no puede cambiarse, se vota como está o no se vota, no hay modificaciones posibles. Hace un año, cuando asumimos el gobierno, muchos deseábamos que no saliera de Europa, pero hoy creemos que puede dar una oportunidad para la modernización y la incorporación tecnológica de la economía argentina, ayudada por el Estado, ante una necesidad cada vez mayor de integración al mundo. Nuestra actitud hacia el acuerdo sería recibirlo, no negarlo, y enviarlo al parlamento para que se discuta en serio”.
“Vamos a recibir la presidencia pro témpore del Mercosur a 30 años del tratado de Asunción, y seguiremos trabajando por una región que no piense que la única razón para unirnos o desunirnos es qué pensamos de Venezuela, y que reemplace esa idea por la enorme cantidad de tareas que tenemos de integración. ¿Por qué se nos ha inducido a estar de un lado o del otro? El Grupo de Lima, del cual la Argentina no ha firmado ninguna resolución en nuestro gobierno, ¿pretende bajar la pobreza en nuestra región, se propone desarrollar la infraestructura? ¿Propone políticas conjuntas frente a otros países?”, se preguntó.
Solá recordó que la Argentina, en abril, planteó que no había que acelerar acuerdos de libre comercio con potencias industriales como Corea, Líbano, Singapur, Canadá e Israel, entre otros. “Nosotros dijimos ‘seguir hablando y analizando lista de productos, sí; acelerar, no’ porque estábamos al comienzo de la pandemia y no sabíamos qué economía íbamos a tener.”
“Creemos en la integración como una necesidad profunda de todos los países, y debemos encarar e identificar las dificultades que enfrenta América latina para avanzar en esa integración. No debemos ideologizar todo, sino relacionarse con el que está. Podemos aumentar muchísimo nuestra capacidad de negociación si nos unimos con otros; podemos participar de cadenas de valor y exportar productos más caros, y para eso necesitamos integrarnos, para aumentar en 20 mil millones de dólares las exportaciones y que lleguen nuevamente a 85 mil millones”, agregó.
En referencia a la Cuestión Malvinas, el canciller fue enfático al declarar: “Digamos de una vez que hay un grupo de argentinos que piensa que luchar por Malvinas es una estupidez y que no es moderno. Nosotros decimos que el Reino Unido no puede ignorar lo que se votó hace 55 años en la Asamblea de Naciones Unidas y pretender una relación de igual a igual con la Argentina, o lo mejor posible con Argentina, bajo el paraguas de soberanía, sin que esto se discuta. ¿Cómo vamos a ser tan traidores?”.
“Lo que hay que hacer es poner por delante de la relación con el Reino Unido la Cuestión Malvinas y decirles que si quieren estar cómodos con nosotros debemos hablar de eso. Y si no quieren hablar de eso, no pretendan tener una relación cómoda. Esa es nuestra actitud; no es patrioterismo, es identidad nacional, es historia y es no permitir la injusticia. Los países también crecen en prestigio si no permiten la injusticia, si no la aceptan”, dijo.
Sobre el final señaló que “lo más difícil de lo que nos sucede con la pandemia es prever lo que va a suceder en el mundo, lo imprevisible; eso disminuye la gobernanza y la credibilidad de la gobernanza. Los cambios se transmiten muy rápido a través de internet y sorprenden a gobiernos y analistas. Nuestro gobierno ya tenía un mandato popular: terminar con el hambre, crecer, crear empleo, solucionar la deuda; luego, en marzo, apareció la pandemia, y al mandato se sumaron los objetivos de salvar vidas y resguardar lo más posible la economía”.