El canciller Felipe Solá, junto con sus pares de los países asociados Brasil, Paraguay y Uruguay, y con la presencia entre otros del candidato a miembro pleno Bolivia, participó el 15 de diciembre de la LVII Reunión del Consejo del Mercado Común (CMC) de los Estados Partes del Mercosur y Asociados, encuentro previo a la Cumbre de Presidentes que se realizó al día siguiente y mediante la cual Argentina inició la presidencia pro tempore del bloque regional.
Solá manifestó que “el Mercosur es el instrumento más importante de acuerdo con el mundo, pero también el instrumento político más relevante que ha tenido la Argentina en los últimos 30 años hacia afuera de sus fronteras para revitalizar su comercio, para influir sobre la vida cotidiana de sus habitantes, para generar empleo, para mejorar su integración física, para influir en la educación, en la cultura, en la ciencia y tecnología, en las políticas migratorias, para construir una nueva ciudadanía Mercosur, para tener cooperación judicial y para ponernos de acuerdo en temas importantísimos como los derechos humanos”.
Acompañado por el secretario de Relaciones Exteriores, Pablo Tettamanti, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, el jefe de Gabinete de la Cancillería Guillermo Justo Chaves, el subsecretario de Asuntos de América Latina, Juan Valle, la subsecretaria del MERCOSUR y Negociaciones Económicas Internacionales, Rossana Surballe, y el embajador en Uruguay, Alberto Iribarne, el ministro señaló que “hace 30 años el Mercosur se planteó metas muy ambiciosas y no todas se han podido lograr, aunque haya sido un gran acuerdo desde el punto de vista comercial y de acercamiento de nuestros países”. “Nos ha pacificado, por ejemplo. Ya no hay ninguna hipótesis de conflicto entre nosotros, a diferencia de cuando se constituyó el bloque”, destacó.
“Debemos fortalecer el bloque con la incorporación plena de otros Estados, como el Estado Plurinacional de Bolivia. Es un deseo especial de la Argentina, y supongo que será compartido por los socios”, recalcó.
El canciller explicó que, en su presidencia pro tempore, “la Argentina pondrá su máxima voluntad y buena fe, teniendo en cuenta las necesidades del otro. Entre socios hay que saber ponerse en los zapatos del otro. Es cada vez más importante que, aún en recesión, sin saber cuánto crecerán nuestras economías, pongamos la mejor voluntad para entender hacia dónde se proyecta la economía de cada país. Lo que le pase a un brasileño, un uruguayo o un paraguayo le debe importar a un argentino, y así con todos”.
Luego de agradecer especialmente el trabajo de la PPT del Uruguay en medio de la pandemia “ya que el bloque no se paralizó y superó obstáculos buscando puntos de acuerdo”, el ministro sugirió “que les pidamos a nuestras universidades y a expertos e investigadores desde cada país una discusión sobre nosotros y el mundo, para tener un aporte de pensamiento sobre el futuro”. También pidió “relanzar el foro empresarial; esto es muy importante: quizás podrán encontrar caminos nuevos, y luego dentro de ese foro se podrían incluir a nuestros dirigentes sindicales y nuestro movimientos sociales”.
“El mundo que viene será muy diferente y sobre todo muy incierto, no podemos definirlo; la política comercial común está asociada al consenso político de unidad; la unidad misma se deriva de un consenso político. En el mundo que viene la unidad como mercado, ya sea para invertir, para vendernos, y la potenciación de ese mercado -tal como somos vistos desde afuera-, no se debe sólo al tamaño sino también al poder adquisitivo. Este es el centro de la atracción para negociaciones externas, por lo tanto fortalecer nuestro mercado es también fortalecer las negociaciones externas”, concluyó Solá.