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Jorge Enrique Taiana

Martes 24 Noviembre 2009
Discurso del Sr. Canciller Jorge Enrique Taiana
Acto de condecoración al Dr. Theo Van Boven
Salón Dorado del Palacio San Martín

Es un honor para mí inaugurar este encuentro que nos ha reunido con la intención de homenajear a una emblemática figura de la lucha por la vigencia de los derechos humanos en la comunidad internacional.

Quiero darles la bienvenida a los representantes del cuerpo diplomático extranjero, a las autoridades presentes, a todos ustedes  y, en especial, al doctor theo van boven, a quien tendremos el honor de condecorar con la “Orden del Libertador San Martín” -en grado de “Comendador”- como reconocimiento de la nación argentina a su infatigable labor en la defensa de los derechos humanos y su contribución a la recuperación del estado de derecho en nuestro país.    

El Dr. Van Boven es un destacado jurista y una personalidad internacional que ha sabido defender la causa de los derechos humanos en todos los ámbitos profesionales en que se ha desempeñado.

Entre sus muchas cualidades humanas, académicas y profesionales, quisiera mencionar su actuación como director de derechos humanos de las Naciones Uidas entre 1977 y 1982.  Convencido, según él mismo lo expresara públicamente, de que “no se puede ser neutral ante las violaciones a los derechos humanos”, Van Boven llevó su pensamiento a la práctica.  Desde su cargo en las Naciones Unidas, su voz se alzó casi en soledad, promoviendo las denuncias contra la dictadura militar argentina, solidarizándose con las víctimas del terrorismo de estado y procurando despertar la conciencia internacional sobre la trágica realidad argentina de la época, cuyas consecuencias se hacen sentir aún hoy en la búsqueda de justicia, verdad, reparación y memoria.

Theo Van Boven señaló insistentemente que la preocupación por los derechos humanos no podía constituir una actividad marginal en el sistema de la ONU y debía transformarse en el núcleo central de su accionar. Intentó romper con la selectiva aproximación con la que se abordaban las cuestiones de derechos humanos, insistiendo en que la onu debía ocuparse de las violaciones masivas y sistemáticas en todos los continentes, incluyendo la problemática de las desapariciones forzadas, la tortura, las ejecuciones arbitrarias y sumarias, así como la discriminación contra los pueblos indígenas.

Es así que su labor lo vinculó con la convulsionada realidad política de las dictaduras militares del cono sur. Los familiares y amigos de las víctimas del terrorismo de estado en la República Argentina se acercaron en busca de ayuda a las oficinas de  este funcionario internacional, dándole los nombres de sus seres queridos, acompañadas por sus fotos, y le contaban sus historias de vida. Allí se hicieron presentes Rodolfo Mattarollo, Emilio Mignone e integrantes de Madres de Plaza de Mayo, entre tantos otros.  Van Boven, debo decirlo,  supo asumir su responsabilidad con un compromiso que lo alejaba de la cómoda neutralidad de sus pares.

A fin de dar cauce a las denuncias recibidas, el Dr. Van Boven incidió en la creación del grupo de trabajo sobre desapariciones forzadas de la ONU que tuvo a la Argentina como uno de los principales países involucrados en esta práctica. Su firme accionar y su trabajo constante despertó la preocupación de la dictadura militar, que ejerció fuertes presiones ante el secretario general de Naciones Unidas, para separarlo de su cargo, logrando su cometido en febrero de 1982.  Sin embargo, este injusto y forzado alejamiento no logró detener el fuerte impacto que sus gestiones tuvieron para ayudar a difundir y dar visibilidad ante la comunidad internacional el horror de las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por el terrorismo de estado en nuestro país.

Tres años más tarde, Theo Van Boven y Luis Joinet, quien también fuera condecorado por nuestro país con la Orden del Libertador San Martín, prestaron su valioso testimonio en el histórico juicio a las juntas militares en 1985. Ambos concordaron en señalar la gran cantidad de denuncias que se habían recibido en el ámbito de las Naciones Unidas que daban cuenta de un gran número de personas desaparecidas en la Argentina, respecto de las cuales el Gobierno de facto no había brindado ningún tipo de respuesta.

El valiente testimonio del Dr. Van Boven ante la cámara federal de apelaciones de la Capital Federal puso en relieve que las cúpulas militares conocían perfectamente la existencia de los centros clandestinos de detención y tortura y que las muertes y desapariciones no se trataban de “excesos”, sino de un plan perfectamente pergeñado para perseguir y hacer desaparecer personas.  Su declaración fue un elemento importante en la acreditación de la existencia de un plan pre-establecido de eliminación de opositores políticos que había sistematizado un modo de persecución política inédito: el de la desaparición forzada de personas.

Pero su contribución, Van Boven, no se circunscribió a estos hechos que acabo de relatar. Sabemos también de sus esfuerzos para conocer la situación de los niños desaparecidos y apropiados en la argentina.  Es así como, por encargo de la entonces comisión de derechos humanos, vino años más tarde al país para investigar la situación de los niños desaparecidos.  El subsiguiente “Informe Van Boven” es uno de los desarrollos más elocuentes sobre la situación de los niños desaparecidos.

Dr. Van Boven,

Por su historia, la Argentina tiene una responsabilidad particular para promover y proteger los derechos humanos hacia adentro y hacia fuera de las fronteras nacionales.  Es por ello que la política exterior de nuestro país tiene a los derechos humanos como eje central de su accionar.

Desde la restauración de la democracia hace 26 años, nuestro país tiene como uno de sus logros más trascendentes haber colocado a la protección de los derechos humanos como una de las principales reivindicaciones de nuestra sociedad y a la memoria, la verdad, la justicia  y la reparación como los pilares que sostienen la lucha contra la impunidad.

En materia de justicia, la Argentina ha puesto énfasis en la necesidad de juzgar  a los responsables de las violaciones masivas a los derechos humanos cometidas durante la dictadura militar. Este camino no ha estado libre de avances y retrocesos. Pero quisiera destacar que, hace ya unos años, los tres poderes del estado adoptaron sucesivamente medidas para avanzar en la investigación, juicio y sanción de los responsables de las violaciones cometidas por el estado. Esto permitió, unos treinta años después de la comisión de los hechos, la reapertura de numerosos procedimientos judiciales que se están llevando a cabo en el presente.

Complementando las medidas judiciales, el estado y  las organizaciones de la sociedad civil están embarcadas en un proceso de recuperación y preservación de la memoria y la verdad.  A nivel interno e internacional, la Argentina promueve el reconocimiento del derecho a la verdad que tienen las víctimas y la sociedad en su conjunto de conocer los hechos, sus circunstancias y la identidad de víctimas y perpetradores.  

Nuestro país, junto con Francia, impulsó la negociación de la convención internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, y se encuentra promoviendo una activa campaña para la pronta entrada en vigor de este importante instrumento internacional.

Por otro lado, cabe recordar que la reforma constitucional de 1994 estableció la jerarquía de los tratados frente a las leyes nacionales, al tiempo que otorgó jerarquía constitucional a una serie de tratados vinculados a derechos humanos.

La República Argentina ha ratificado todos los tratados de derechos humanos de las Naciones Unidas y del sistema interamericano.  El 24 de septiembre pasado, la Argentina ha procedido a la firma del protocolo facultativo al pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales, siendo ésta la primera oportunidad en la cual este instrumento se abrió a la firma de los estados.

Estos antecedentes dan cuenta de que uno de los ejes principales de la política exterior argentina y una las políticas de estado más comprometidas es la defensa y promoción de los derechos humanos, junto con la promoción del multilateralismo como modo de buscar consensos y coordinar acciones que permitan hacer frente a los desafíos que nos plantea el mundo actual.

Dr. Van Boven,

Hoy es tiempo de homenajear la acción de quienes -con valor- se atrevieron a sortear los embates que desde los regímenes autoritarios se emprendieron para silenciar y ocultar la existencia de un cuadro de violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos. Por estas razones, es que la República Argentina le otorga esta condecoración de la Orden del General San Martín, en agradecimiento y reconocimiento a su compromiso con la causa de los derechos humanos.