Este es un encuentro que busca recordar, compartir una experiencia muy importante para la Argentina que fue el desarrolo de la solidaridad internacional en los años más oscuros de nuestra historia; y cómo se desarrolló esa solidaridad es un proceso complejo como era complejo el proceso argentino y como fue difícil que fuera comprendido o visualizado por la comunidad internacional. Acá están presentes algunas de las personas que más contribuyeron a dos cosas: a salvar vidas, lo que es decisivo, “cuando se salva una vida se salva un mundo” dice un viejo proverbio; y además ayudaron a desnudar, a poner de manifiesto, qué era esto del terrorismo de estado que se estaba desarrollando adelante en la Argentina.
Fue una tarea múltiple, y por eso acá hay gente de muchos sectores; de la diplomacia, porque muchos estados participaron, no muchos pero algunos estados participaron: hay gente de distintos organismos de derechos humanos, hay gente de iglesias, de partidos, de sindicatos y gente común que se fue sensibilizando en distintas partes del mundo y participó de manera activa en el desarrollo de esta solidaridad.
Quiero destacar por qué hacemos este seminario como Cancillería. Primero porque es una parte importante de las relaciones que la Argentina tuvo con el exterior; segundo, porque jugaron un rol muy destacado en la evolución de la situación política interna. Quizás uno de los aspectos importantes de la solidaridad internacional y todos los involucrados de aquella época lo recuerdan, es que lo que lográbamos que saliera afuera podía entrar más fácilmente: denuncias, reclamos, nombres, podían ser más fácilmente recubicados y publicados por la prensa local. Esta fue una táctica de enorme importancia: cómo denunciar los crímenes de la dictadura y cómo legitimar el accionar de los que denunciaban y combatían las violaciones de derechos humanos acá en nuestro país.
Como Cancillería sentimos que es un elemento importante en nuestra historia haber logrado que sectores importantes de la sociedad argentina desarrollaran sus relaciones con el exterior y comprendieran que ahí podían encontrar un apoyo que ayudara a modificar situaciones internas muy difíciles. Fue una táctica de enorme importancia: cómo denunciar los crímenes de la dictadura y cómo legitimar el accionar de los que denunciaban y combatían las violaciones de derechos humanos acá en nuestro país. Eso quedó como memoria y está presente en mucha de los pensamientos y acciones políticas que llevamos adelante. Por eso realizamos este Seminario en la Cancillería.
La Argentina era un país, en ese momento, en donde sus dos principales fuerzas políticas, el peronismo y el radicalismo eran un 70 u 80 % de la opinión pública politizada, y tenían muy tenues, pocas relaciones políticas con el resto del mundo y hacían mérito de eso. Recuerdo por ejemplo que el Dr. Balbín decía con orgullo que él nunca había salido del país y sentía que eso era una prueba de su patriotismo. Y salió por primera vez por un tema de derechos humanos, fue a Venezuela, y salió por la necesidad de poder decir afuera cosas que acá no podía decir. Ese era un momento del país en donde nuestra relación con el fuera, la de los grandes partidos y de muchos sectores del movimiento popular, era muy limitada. Por supuesto había relaciones en partidos de izquierda, en sectores religiosos, en sectores sindicales, pero no era una experiencia todavía el hecho de salir y de contar. Y por eso acá veremos parte de esa experiencia que vino después, un movimiento de familiares de víctimas que hacieron un aprendizaje y un desarrollo increíbles; en eso tuvo un rol decisivo Emilio Mingone, por eso veremos este video. Hubo un grupo de gente capaz de ver que la noche que se cerraba era muy tremenda y que eso no se arreglaba desde adentro.
En lo personal, junto a algunos de los presentes, tuve la particularidad de vivir ese momento desde un lugar específico y limitado: la prisión. Desde ahí vimos el nacimiento y el desarrollo de esa solidaridad internacional; fuimos copartícipes de su gestación y desarrollo. En el caso de los que estábamos en Devoto, diría que ya a mediados de 1976 nosotros comprendimos que las posibilidades de defensa de nuestra vida con la denuncia y el reclamo interno eran insuficientes, y que probablemente -si podían- iban a matarnos a todos.
Y sin embargo comprendimos el asunto: acá necesitamos de la solidaridad internacional para tratar de protegernos y de proteger a nuestros familiares, porque nosotros sabíamos que estábamos en riesgo pero demasiado rápido nos dimos cuenta que también nuestros familiares en riesgo, porque a ellos también los secuestraban, los desaparecían, simplemente por reclamar por nosotros. Entonces descubrimos ahí una experiencia rara, porque nosotros no teníamos diarios ni radio ni noticias ni nada, teníamos a nuestros familiares que venían nos contaban lo qué pasaba, esporádicamente porque eran muy limitadas las visitas, y con ellos y entre nosotros que casi no podíamos vernos ni comunicarnos, de todas maneras iniciamos lo que yo creo que fue la primera campaña de cartas.
Y entonces hicimos lo que yo creo que fue uno de los primeros pasos de campaña: hablar con nuestros familiares y hacer una lista de a quién se le podía escribir, qué personas podían sensibilizarse; era muy temprano todavía, no había casi nadie en el mundo que se hiciera eco de lo que estaba pasando, todavía los presos estábamos recién comenzando a sufrir algunas cosas que significaron la muerte para varios de los que estaban con nosotros; era muy temprano todavía, no había casi nadie en el mundo que se hiciera eco de lo que estaba pasando en nuestro país, y sin embargo comprendimos que necesitábamos de la solidaridad internacional para tratar de protegernos y de proteger a nuestros familiares, porque ellos también estaban en riesgo, los secuestraban, los desaparecían, simplemente por reclamar por nosotros.
Quiero que este seminario sirva como testimonio del reconocimiento a todos los que colaboraron a denunciar los crímenes y ayudar a salvar vidas y ayudas a los argentinos en ese momento tan oscuro. Hoy hay muchos de ellos acá junto a muchos argentinos que colaboraron y lo siguen haciendo en la construcción y el logro de los cuatro pilares que fundamentales de esta lucha: verdad, justicia, memoria y reparación. Esa es nuestra política, no vamos a retroceder en ella, porque tiene además que ver con el agradecimiento a muchos que hicieron mucho por los argentinos.-