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Para la Argentina, la propuesta de la OMC no cubre las expectativas de los países en desarrollo

Martes 26 Agosto 2003
Información para la Prensa N°: 
176/2003

Se inició hoy, en Ginebra, la reunión del
Consejo General de la Organización Mundial del Comercio, instancia
máxima de este organismo. Este último encuentro antes
de la próxima Conferencia Ministerial (Cancún, 10 a 14
de septiembre), tiene por objetivo analizar y debatir el borrador del
Acuerdo elaborado por el residente del Consejo, sobre la base de las
diferentes propuestas de negociación surgidas durante las últimas
semanas, y servirá como documento de discusión para los
debates de los ministros en Cancún.

“La propuesta del Presidente del Consejo General
es asimétrica y plantea un doble standard, ya que atiende los
intereses de los países desarrollados, en particular, en materia
de negociaciones en el sector agrícola, mientras ofrece ambigüedades
en otros sectores, como los nuevos temas del comercio, tales como inversiones
y competencia”, sostuvo el Secretario de Comercio Internacional,
Martín Redrado, quien preside la delegación nacional.

La Argentina contó con el apoyo de miembros de
peso en la OMC, tales como Brasil, la India, Australia, Nueva Zelandia,
y el resto de los países de América Latina, al manifestar
la disconformidad con el documento presentado, por lo que instaron al
Presidente a continuar trabajando hasta el 10 de septiembre a fin de
incorporar los legítimos intereses de los países en desarrollo
en el documento que se presentará a debate de los Ministros en
la reunión de Cancún.

La delegación argentina ratificó que esta
ronda de negociaciones comerciales multilaterales debe revertir el sesgo
en contra de los países en desarrollo del actual sistema comercial
multilateral, y debe re-equilibrar los beneficios de este sistema, para
que favorezcan especialmente a países como la Argentina.

“Luego de la Ronda Uruguay – última
ronda de negociaciones comerciales de la OMC, antes de la actual, llamada
“Ronda del Desarrollo” – nos encontramos en una situación
de desequilibrio en donde los países en desarrollo no hemos podido
beneficiarnos del proceso de liberalización comercial. La disparidad
con que se implementaron las desgravaciones tarifarias, priorizando
la baja de aranceles para los bienes industriales y marginalizando del
sistema a los bienes agrícolas, produjo grandes desequilibrios”,
señaló Redrado.

En efecto, si bien se incorporaron nuevas reglas a sectores
no incluidos hasta ese momento - comercio de servicios, propiedad intelectual,
y otros –, se posicionaron los intereses de los países
desarrollados de modo tal que fueron éstos quienes capturaron
los beneficios económicos y comerciales de dichas reglas. A cambio,
el prometido proceso de reforma del sector de la agricultura quedó
sólo en buenas intenciones.

“Por ello, hoy reclamamos a los principales actores
del sistema comercial multilateral compromisos sustantivos para nivelar
el campo de juego en el comercio internacional, a partir de la efectiva
liberalización de los sectores de interés de los países
en desarrollo – agricultura, trato especial y diferenciado para
países en desarrollo, textiles, acero, y otros -, sostuvo Redrado.
“Sólo con ese compromiso avanzaremos en las negociaciones
de las cuestiones de interés de los países más
ricos, como el acceso a los mercados para bienes industriales y temas
de inversiones, competencia y compras públicas, entre otros”,
advirtió el funcionario.

Para la delegación argentina, así como para
el resto de los países más activos en las negociaciones
en el marco de la OMC, la cuestión agrícola es clave para
el avance en el resto de los temas. La posición argentina en
este sector es clara: deben eliminarse todas las formas de subsidios
a las exportaciones, debe mejorarse sustancialmente el acceso a los
mercados y deben reducirse notoriamente las medidas de ayuda interna,
tomando en cuenta el trato especial y diferenciado para países
en desarrollo. Estas demandas chocan con las posiciones de los países
desarrollados proteccionistas, principales responsables de las distorsiones
existentes en el comercio mundial, particularmente, en el sector de
la agricultura.

“Nos encontramos en un punto de inflexión
en las negociaciones multilaterales, y vemos con estupor que los países
desarrollados están intentando imponer un doble standard –
enfatizó Redrado -, al requerir de los países en desarrollo
propuestas y compromisos para el acceso a nuestros mercados de sus bienes
industriales, que no se traducen en compromisos equivalentes para que
nuestros bienes agrícolas tengan un mejor acceso a sus mercados”.

Así, el documento de negociación para el
sector de la agricultura presenta numerosas falencias en cada uno de
sus subtemas – los llamados “pilares” de la negociación
agrícola. La Argentina ha alertado sobre la necesidad de evitar
que posibles logros en este sector no se traduzcan en efectivas mejoras
en términos de acceso a los mercados, sobre la base de maniobras
para la implementación de los compromisos. Entre otras cosas,
hemos advertido con preocupación que los compromisos relativos
a reducciones de las medidas de ayuda interna no contemplan una desagregación
por productos, de especial importancia para lograr reducciones efectivas
en todos los productos. Igualmente, la Argentina ha señalado
que si se quieren obtener cortes reales de la ayuda interna distorsiva,
deben eliminarse/prohibirse los pagos directos de los programas sujetos
a limitación de la producción (llamada “caja azul”)
y establecerse techos para los pagos directos de los programas no sujetos
a reducción de la producción (“caja verde”).

Por otra parte, y en materia de subvenciones a las exportaciones
– que deben ser eliminadas en todas sus formas – se intenta
establecer un compromiso de eliminación en dos etapas, que sólo
podría aceptarse en tanto que se realicen cortes en los subsidios
de los productos que hoy se exportan con tales subvenciones, y no aceptar
propuestas tales como eliminar las subvenciones en las exportaciones
de productos que en la actualidad se comercian sin tales subvenciones.

A la luz de estas y otras falencias en los documentos
de negociación, la Argentina volvió a reclamar que los
países con mayor peso económico y mayor participación
en el comercio mundial “pasen de la retórica a propuestas
concretas y precisas, que evidencien que realmente se proponen hacer
progresos en procura de una mayor liberalización comercial”.

Sin embargo, y sin perjuicio de la prioridad que los avances
en el campo agrícola tienen para nuestro país, la Argentina
participa constructivamente en diferentes cuestiones objeto de negociación,
ya que nuestros intereses negociadores son amplios, todos ellos persiguiendo
el objetivo común de obtener claros beneficios a partir de un
sistema de comercio internacional más justo y equilibrado.

“La Argentina no busca cualquier acuerdo, sino un
acuerdo satisfactorio; en otras palabras, estamos dispuestos a continuar
con la negociación, en forma simétrica, sobre todos los
temas acordados. Para ello, buscamos progresos en las cuestiones sustantivas
e intentamos avanzar de manera equilibrada, manteniendo el nivel de
los compromisos asumidos en la Declaración de la ‘Ronda
del Desarrollo’. Buscamos beneficios concretos para nuestros ciudadanos.
Creemos que alcanzaremos esta meta a través de una mayor equidad
en las reglas del comercio mundial”, concluyó Redrado.
 

26 de Agosto de 2003