“El éxito o fracaso de la Reunión
de Puebla dependerá de la voluntad de negociación de la
delegación de Estados Unidos. El MERCOSUR ya ha dado muestras
de su buena voluntad, sin renunciar a sus intereses; la responsabilidad
corresponde, ahora, a la delegación de Estados Unidos”.
Con estas palabras describió la evaluación que el bloque
realiza del estado actual de las negociaciones por el ALCA el secretario
de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería,
Martín Redrado, vocero de la Presidencia Pro Tempore que ejerce
la Argentina.
Las delegaciones de los 34 países han estado
trabajando arduamente en estos días en aras de acordar el conjunto
común de derechos y obligaciones que permitiría cumplir
con el compromiso de tener un Acuerdo ALCA para enero de 2005. En esa
búsqueda, y conforme la evaluación de los países
del MERCOSUR, los esfuerzos no han sido parejos.
Luego de propuestas iniciales claramente diferentes,
se ha intentado un acercamiento de posiciones que, en las últimas
horas, se ha convertido en un diálogo bilateral MERCOSUR-Estados
Unidos, ya que el resto de los países que acompañaban
a Estados Unidos en su propuesta ha optado por el silencio, dejando
la discusión concentrada en estas dos delegaciones.
El MERCOSUR ha dado claras muestras de búsquedas
de solución, sin renunciar a sus intereses prioritarios, al admitir
la posibilidad, no sólo de aplicar la cláusula de Nación
más Favorecida en materia de bienes -interés inicial de
MERCOSUR- sino de extender esta misma posibilidad a las negociaciones
de acceso a mercados en materia de servicios y de inversiones, temas
de mayor interés para otras delegaciones.
Si bien este compromiso comenzaría a regir al
final del período de transición -que, se estima, será
de 15 años-, la posibilidad de contar con compromisos semejantes
en materia de acceso a mercados para bienes, servicios e inversiones,
constituye un claro avance en aras de mostrar al Hemisferio como una
zona de negociación común.
Más aún, en aras de llegar a un acuerdo,
el MERCOSUR ha afirmado estar dispuesto a aceptar la inclusión
de disciplinas hemisféricas sobre transparencia en materia de
inversiones y de incorporar las disciplinas multilaterales sobre servicios
en el conjunto común de derechos y obligaciones.
A pesar de estos esfuerzos, la delegación de
Estados Unidos no ha evidenciado ningún margen de flexibilidad
en la consideración del tema agrícola, lo que genera ciertas
dudas sobre la posibilidad de alcanzar un resultado final satisfactorio
en esta reunión. “Los márgenes de movimiento del
MERCOSUR están condicionados a avances en el campo de acceso
a mercados y agricultura, que nos permitan aumentar nuestras exportaciones”,
indicó Redrado. “Si no observamos movimientos en nuestros
temas prioritarios, no daremos consenso a ningún texto común”,
aseguró el funcionario.
“Sin embargo, queremos dejar en claro que, si
este proceso no avanza, no es por la actitud del MERCOSUR. Cada nueva
intervención de Estados Unidos es un punto de retroceso”,
dijo el negociador argentino. En la noche de ayer, Estados Unidos dio
una nueva muestra de dureza al poner en duda que, al final del período
de transición, pudiera haber Nación más Favorecida
(NMF) regional en materia de bienes -es decir una extensión a
todos los países del ALCA de los compromisos que se asuman en
materia de eliminación de aranceles-, lo que lo habilitaría
a mantener la discriminación que actualmente enfrenta el MERCOSUR
en el acceso al mercado estadounidense.
Buenos Aires, 6 de febrero de 2004