Con una delegación encabezada por el Secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Alfredo Chiaradía, la Argentina participó hoy como país invitado en la sesión dedicada al comercio por Consejo de ministros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos –OCDE- que este año discutió la cuestión de las “Fuentes del Crecimiento Económico.”
La OCDE, con sede en Paris, es un foro internacional para el intercambio de información e ideas sobre cuestiones económicas, comerciales, laborales, educacionales, y medioambientales, entre otras. Está integrada por 32 países de renta alta y media y la Argentina actúa como observador en varios de sus comités y grupos de trabajo.
En su intervención, el diplomático argentino expresó: “No caben dudas que el comercio puede ser una fuente importantísima de crecimiento económico. Luego de la crisis que atravesamos en el año 2002, crecimos durante seis años consecutivos a una tasa anual promedio del 8% y le debemos gran parte de dicho crecimiento al impulso de la demanda desde el otro lado de nuestras fronteras”.
Chiaradía aclaró que “sin embargo, lo que puede ser válido para una economía relativamente pequeña en un entorno global propicio, puede no necesariamente funcionar en condiciones diferentes. En el contexto actual, los consejos en materia de política comercial centrados en la lucha contra las presiones proteccionistas y en la culminación de la ronda Doha son ciertamente necesarios, pero probablemente no sean suficientes para sacar a la economía global de la difícil situación que atraviesa”.
“El sistema multilateral de comercio puede contribuir efectivamente al crecimiento. Pero éste no funciona en forma aislada. En el presente quizás sea necesario que la comunidad internacional lidie de manera satisfactoria con las fuentes del estancamiento primero, para que entonces el comercio tenga la posibilidad de rendir frutos como fuente de crecimiento” agregó Chiaradía.
Ante el Plenario de representantes, Chiaradía aseguró que “en este momento, el crecimiento mundial se sostiene principalmente gracias a las principales economías emergentes que actúan como motores de la actividad económica. Pero la tracción de los países en desarrollo puede no bastar en un mundo donde muchas economías importantes se ven afectadas por un abultado sobreendeudamiento y por gravísimos problemas financieros, no son lo suficientemente competitivas, tal como lo muestran sus cuentas externas, y su actividad económica o consumo interno dependen en gran parte del financiamiento de los exportadores o a los importadores”.
“En dicho contexto, la necesaria corrección del apalancamiento y del exceso fiscal eventualmente tendrá algún impacto en la demanda global, neutralizando de ese modo las contribuciones del resto al crecimiento mundial. De todos modos, si se espera que el comercio vuelva actuar como locomotora en una economía mundial dinámica, será necesaria dicha corrección de los principales desequilibrios y distorsiones” afirmó el diplomático argentino.
Chiaradía explicó que “por el momento, y habiendo culminado los estudios de la OCDE, menos del 0,5% de las importaciones de mercancías de los países del G-20 se vieron afectadas por medidas comerciales directas, incluso en la etapa de mayor gravedad de la crisis. Esto refleja la prudencia ejercida generalizadamente por los miembros de la OMC en medio de una coyuntura tan crítica y la importancia relativamente menor del tema en este momento. En el futuro, la relevancia de esta cuestión dependerá de la evolución de la economía mundial y de los flujos financieros y de comercio. En algunos escenarios negativos, podría ser necesario que la lucha contra el proteccionismo ocupe un lugar más central.
“En lo que respecta a la ronda de Doha, no es un secreto para nadie que los resultados de los últimos ejercicios no han sido alentadores. Un estadista responsable recomendaría en este punto mantener los esfuerzos por lograr la convergencia acerca de fórmulas para aplicar en el futuro, cuando llegue el momento propicio. El realismo político, por otra parte, nos aconseja que seamos cautos. En tiempos de incertidumbre económica, hasta las metas más modestas pueden ser difíciles de alcanzar”.
“De todas manera –concluyó Chiaradía- muchos, incluso nosotros, continuamos abocados a la culminación de la ronda, respetando enteramente sus principios, mandatos y objetivos de desarrollo. Pero seguimos preocupados. A nuestro entender, el proteccionismo agrícola ejercido desde hace mucho tiempo por las principales economías lamentablemente sigue siendo uno de los mayores impedimentos para la liberalización del comercio tanto en el resto de los sectores como en el resto del mundo.”