Información para la prensa nro. 169/2002
Se incluyeron propuestas argentinas
Conferencia internacional amplía protección a especies
amenazadas
Como resultado de la XII Conferencia
de las Partes de CITES (Convenio sobre el Comercio Internacional
de Especies Amenazadas de la Flora y Fauna Silvestres) que se realizó
en Santiago de Chile entre el 3 y el 15 de noviembre pasados, se
incluyeron en los Apéndices del convenio 100 nuevas especies
para su protección y control.
Participaron en la reunión un total de 160
países, cada uno de los cuales presentó sus propuestas
de enmienda a los Apéndices CITES para otorgar una mayor
protección a especies amenazadas de la flora y fauna silvestres
o para procurar un comercio internacional regulado y sustentable
de aquellas que pueden ser objeto de tal comercio
Las inclusiones más notables fueron la caoba
(a partir del 2003), el tiburón ballena, el tiburón
peregrino y el hipocampo en el Apéndice II. Este Apéndice
permite a las partes comerciar estas especies, pero cumpliendo con
determinados requisitos que imponen serias restricciones al comercio
ilegal y procuran garantizar el uso sustentable de las mismas.
Asimismo, otras especies fueron elevadas al Apéndice
I, en el cual se restringen de tal modo las exportaciones que en
la práctica funciona como una prohibición al comercio
internacional. Entraron a esta categoría la Araucaria araucana
(propuesta por Argentina) y varias especies de loros centroamericanos
(Amazona ochrocephala y Ara couloni).
En el polémico caso de las ballenas, las Partes
rechazaron las propuestas japonesas de bajar a dos especies al Apéndice
II. Los elefantes generaron gran debate, y se acordó mantener
al elefante africano y el elefante asiático en el Apéndice
I, permitiendo la venta por única vez bajo estrictos controles
de un stock registrado de marfil (proveniente de elefantes muertos
naturalmente) para ayudar a financiar actividades de conservación
y desarrollo de las comunidades locales en Sudáfrica, Namibia
y Botswana. En el caso de la vicuña, Argentina propuso, según
lo acordado por las Partes en el Convenio Regional de la Vicuña,
transferir al Apéndice II las poblaciones de la Provincia
de Catamarca con el fin de permitir el comercio internacional de
lana, artesanías y tejidos proveniente de animales esquilados
en vivo y de manera sustentable.
Los recursos pesqueros también fueron
objeto de serios intercambios. En este contexto se acordó
otorgar una mayor protección a la merluza negra solicitando
a las Partes de CITES la adopción del sistema de documentación
de capturas establecido en el ámbito de la Convención
sobre Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) donde se
realiza el 80% de la pesca de esta especie. De esta manera se exigirá
el documento previsto por este Convenio en los 160 Estados Partes
de la CITES, lo cual constituye un avance para evitar la sobreexplotación
de la especie.
21 de noviembre de 2002