“La tecnología está transformando la actividad económica en todo el mundo. Sabemos que trae oportunidades, nuevas formas de hacer negocios, de producir y comerciar, y trae mejoras en la calidad de vida de los ciudadanos, pero también plantea desafíos por su impacto en el mercado laboral”, afirmó el Canciller Jorge Faurie durante un encuentro del B20 en el Palacio San Martín, con la presencia de empresarios y funcionarios de diversos países.
El B20 (Business) es uno de los llamados “grupos de afinidad” del G20, cuya presidencia está ejerciendo la Argentina durante este año. Está conformado por asociaciones empresarias y lidera la relación entre los referentes del G20 y la comunidad internacional de negocios. Es el grupo de afinidad con más historia formal: fue creado en 2010, bajo la presidencia de Canadá, y fue el primero en haber sido reconocido formalmente.
En un contexto de revolución tecnológica y ante la necesidad de canalizar sus derivaciones, Faurie destacó el rol del G20 como “un mecanismo de diálogo de las principales economías del mundo para saber cómo encarar el futuro y tender líneas hacia adelante, porque las decisiones del Grupo tienen un valor sistémico”. En ese marco enfatizó sobre la necesidad de que el G20, tal como lo propuso la Argentina, desarrolle una agenda “del trabajo asociado con la educación, para adaptarnos a los nuevos empleos”.
Faurie puso de relieve que el avance de las tecnologías implica “una democratización del cambio”, a la vez que abogó por la necesidad de que los países miembros del G20 redoblen esfuerzos “por la inclusión y la equidad en esta transformación que vive el mundo”. Recordó que en la reciente task force de economía digital en Salta “los ministros acordaron, entre otros puntos, reducir la brecha de género digital y acelerar el desarrollo de la infraestructura digital, para asegurar el acceso, la participación y la igualdad”.
Sobre el final, el jefe de la diplomacia argentina aseguró que ante un momento de gran inestabilidad global “se debe hace una lectura correcta para que el desafío se convierta en oportunidad. Nuestro país tiene todas las capacidades y el capital humano para ser parte de un desarrollo justo y sostenible, centrado en las personas”.