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Rafael Antonio Bielsa

Viernes 26 Agosto 2005
Discurso del Sr. Canciller Rafael Antonio Bielsa
Reunión Extraordinaria de Cancilleres del Grupo de Río
Acto de clausura de la reunión

Estimados Cancilleres, Jefes de Delegación, invitados especiales
Señoras y señores:

Las jornadas transcurridas en el conmovedor entorno de la ciudad de Bariloche, y el trabajo realizado, ponen en evidencia la importancia y actualidad del Grupo de Río.

En un mundo convulsionado por la pobreza y la violencia como el que nos toca vivir, la existencia de un mecanismo de consulta y concertación política -como el que venimos desarrollando en América Latina y el Caribe- da lugar a la esperanza y a la confianza en que se pueden hallar las soluciones que disminuyan y finalmente erradiquen esas vergüenzas.

Las últimas décadas del siglo pasado han probado la eficacia del Grupo de Río en cuanto a la pacificación de la región, la promoción de los derechos humanos y la consolidación de los procesos democráticos.

En este siglo XXI, los avances alcanzados nos alientan a obtener mayores logros, en esta construcción permanente de la integración y la democracia latinoamericanas.

Ejemplo de ello es que a pesar de las graves dificultades que aún presenta la situación de Haití, este país se ha transformado en un símbolo de la preocupación solidaria y activa de los países de la región por restablecer la paz, la vigencia de los derechos humanos y el funcionamiento del orden democrático, allí donde se vean alterados.

La participación concreta de varios de nuestros países en la Minustah y la permanencia de este foco de atención en el marco del Grupo de Río, se realiza a partir de un profundo respeto por el pueblo haitiano y por el derecho internacional.

El Grupo de Río es un foro eminentemente político y hoy, una de sus mayores preocupaciones (sino la más grande) es la pobreza que sufren nuestros pueblos.

Pobreza que para algunos se encuadraría en una mera variable económica. Sin embargo, los países que integran el Grupo de Río saben que la pobreza es causa y consecuencia de definiciones políticas.

¿Qué es la democracia para casi la mitad de los latinoamericanos y caribeños que viven bajo la línea de la pobreza?

¿Cómo ejercen sus libertades y disfrutan de la igualdad que la democracia les propone, quienes no tienen un trabajo decente y no pueden alimentar dignamente a sus familias?

Si el Grupo de Río vela por la democracia, la paz y los derechos humanos, entonces la pobreza es su centro de su interés. Como lo es para cada uno de nuestros gobiernos.

Estamos trabajando para que los beneficios del crecimiento económico, por el cual atraviesa la región, alcance a todos aquellos que lo hacen posible. No a unos pocos.

La brecha social, esa cuña que divide a nuestros pueblos y pone a nuestra región en la cima de un triste récord, debe ser acotada en forma urgente.

Por eso nuestro afán de lograr mejores indicadores económicos y mayor eficiencia en nuestras administraciones. Pero esto, si bien es imprescindible, no alcanza: necesitamos desendeudarnos, necesitamos convencer a los países más ricos sobre nuevas formas de financiamiento para el desarrollo. Estamos denunciando una arquitectura financiera internacional injusta y obsoleta e insistimos en la necesidad de eliminar las barreras y obstáculos a nuestras exportaciones.

Todo esto tiene que ver con la disminución de la pobreza, y directamente, con la mejor calidad de nuestras democracias.

Las crisis de gobernabilidad que tanto nos preocupan en la región, por su recurrencia y por la violencia con la que a veces irrumpen, tienen muchas causas. Pero en el trasfondo siempre está presente la imposibilidad del sistema político de dar respuesta a las justas demandas sociales desde una estructura económica -que a pesar de la riqueza de los recursos naturales en los que se basa- no puede satisfacer las necesidades más básicas de gran parte de nuestras ciudadanas y ciudadanos.

El lema propuesto por mi país para la IV Cumbre de las Américas "crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática", surge de esta perspectiva. Sin duda que la muy rica discusión que hemos tenido sobre estos temas en Bariloche continuará dentro de poco más de dos meses en Mar del Plata.

Por cierto, resulta necesario destacar la positiva evolución que han tenido los procesos políticos atravesados recientemente por Bolivia y Ecuador, países hermanos que han dado sobradas muestras de vocación y convicción democrática.

Estimados amigos:

Como he dicho al comenzar estas palabras, el Grupo de Río puede estar orgulloso de su historia y de sus logros. Prueba además que su metodología de trabajo, flexible e informal, propia de un diálogo entre amigos, ha resultado eficaz en las horas difíciles.

Quiero agradecer además, con especial énfasis, la colaboración permanente de los restantes miembros de la Troika -Brasil y Guyana- países que sin duda facilitan a la Argentina -como Secretaría Pro Tempore- llevar adelante la ardua tarea con que los demás países nos han honrado.

Deseo destacar aquí, la importancia que reviste a partir de ahora y por primera vez, el hecho de que un país del caribe presida el Grupo de Río. La República Cooperativa de Guyana, al cumplir este estratégico rol, dará pruebas cabales de la integración cada vez más completa que atraviesa nuestra región.

Por último, queda expresar mi reconocimiento a las autoridades de esta bella ciudad, en especial a su intendente, Don Alberto Icare y a todas las personas que nos han asistido y acompañado en nuestra "Cumbre de la Patagonia".

Su cordialidad ha complementado perfectamente con el paisaje que nos rodea.

Muchas gracias.