Señores secretarios y subsecretarios
Señores embajadores
Señoras y señores
Constituye para mí un motivo de particular satisfacción compartir hoy con ustedes un acontecimiento particularmente significativo que enriquece la historia del Tratado Antártico: el inicio de las funciones de la Secretaría del Tratado.
El Tratado Antártico, con sus más de cuarenta años de vigencia, ha probado ser una herramienta idónea de cooperación internacional en favor del desarrollo de la ciencia, las actividades pacíficas y la protección del medio ambiente en esa región.
La Secretaría del Tratado Antártico es el fruto de los esfuerzos mancomunados que todas las partes consultivas realizaron durante muchos años, con el noble propósito de procurar la mayor eficiencia de este importante instrumento de cooperación.
La creciente complejidad y la variedad de la problemática antártica generó en las partes consultivas la convicción sobre la necesidad de contar con un órgano administrativo que contribuyera a perfeccionar la organización de las reuniones consultivas y del comité de proteccion ambiental, cuyas agendas de trabajo, ante nuevos desafíos, en los últimos años se han ampliado y se han tornado más complejas.
En este contexto, la protección del medio ambiente antártico es una de las preocupaciones comunes que suscitaron el interés de las partes consultivas en establecer la Secretaría en un corto plazo, en el convencimiento de que su funcionamiento redundará en beneficio del desarrollo de las tareas del Comité de Protección Ambiental.
La Argentina ha estado siempre consustanciada con los principios y objetivos del Tratado Antártico, apoyándolos con firmeza en un marco de estrecha y franca cooperación internacional.
La vocación de la Argentina en la Antártida y su decidido compromiso con el tratado la llevaron a ofrecer la candidatura de Buenos Aires como sede de la Secretaría. De este modo, mi país se sumó a los esfuerzos de las partes consultivas, orientados a fortalecer el Tratado Antártico.
Por ello, y como prueba de la importancia que la argentina asigna a la actividad antártica, el Gobierno Nacional ha puesto estas oficinas a disposición de la Secretaría.
A partir del consenso alcanzado en 2001 en San Petersburgo para establecer la Secretaría en esta ciudad de Buenos Aires, la ruta de las tratativas sobre sus aspectos funcionales recorrió Buenos Aires, Varsovia, otra vez Buenos Aires, Nadrid y Ciudad del Cabo, donde recientemente concluyeron las negociaciones y se eligió al primer secretario ejecutivo, el señor Jan Huber.
Creo que todos debemos reconocer los esfuerzos realizados por las partes consultivas, en particular el espíritu constructivo que pusieron de manifiesto a lo largo de las negociaciones para alcanzar el consenso, situacion que refleja la sostenida vigencia de la vocación de cooperación que comparten nuestros países en la Antártida.
Señor Jan Huber:
Aprovecho esta ocasión para darle una cálida y cordial bienvenida a tierra argentina y asegurarle que contará siempre con todo nuestro apoyo en el cumplimiento de su importante labor, con el fin de lograr un funcionamiento más efectivo del Tratado Antártico.
Invito a todos a sumarse a un brindis por el éxito de la gestión que inicia el señor Huber y por un auspicioso comienzo de las actividades de la secretaría.
Muchas gracias.