Señores secretarios y subsecretarios
Sr. encargado de negocios de la República de Haití, Jean Augustave
Señores invitados especiales
Señores miembros del Servicio Exterior de la Nación
Señoras y señores
Los poetas, decía Apollinare, son los más dulces de los seres. Y también los más fieles.
Homenajear a Jean Brierre, lúcido poeta y embajador haitiano en la Argentina entre 1954 y 1956, es brindar tributo a la memoria de un hombre valiente. Un hombre fiel y decidido en la defensa de los derechos humanos y de la dignidad de su país.
En la Argentina corrían los tiempos de la autoproclamada "Revolución Libertadora", que abriría paso a uno de los capítulos más oscuros de nuestra vida nacional.
El 9 de junio de 1956, un grupo de militares y civiles comandado por los generales Juan José Valle y Raúl Tanco se levantó en armas contra la dictadura militar para restablecer el orden constitucional. Dicha tentativa fracasó. Cientos de personas detenidas fueron torturadas y veintisiete ejecutadas. El General Valle fue fusilado en la Penitenciaría Nacional. El General Tanco y seis personas más buscaron y encontraron refugio en la Embajada haitiana.
Brierre comunicó a la Cancillería argentina la concesión del asilo y los nombres de las personas asiladas. Pocos días después, aprovechando la ausencia momentánea del Embajador, un grupo de personas al mando del General Quaranta -entonces jefe del Servicio de Inteligencia del Estado- ingresó violentamente en la sede diplomática y secuestró a los asilados. La esposa de Jean Brierre salió a la calle pidiendo ayuda a gritos y la afluencia de testigos impidió que se consumara el fusilamiento en el lugar.
Quaranta detuvo un colectivo de línea y subió a los secuestrados, encaminándose al Regimiento de Palermo. Desesperada, la Sra. Brierre denunció inmediatamente el hecho a las agencias internacionales de noticias y se comunicó con la Cancillería de su país. Jean Brierre, por su parte, formuló una enérgica protesta solicitando la devolución de sus asilados.
Quisiera llamar la atención sobre el argumento esgrimido entonces por el embajador ante el gobierno de facto argentino: "No porque Haití sea una nación pequeña va a permitir semejante atropello. Por el contrario, los pequeños países deben ser respetados escrupulosamente porque son pequeños, para que el derecho sea un imperativo moral y no de fuerza".
Esa misma noche, Jean Brierre ingresó al Regimiento de Palermo y rescató a los secuestrados. De ese modo, siete ciudadanos argentinos escaparon al terrorismo instrumentado por el Estado gracias a la acción del diplomático y de su mujer, precursores de un principio que enarbolamos hoy: aquel que establece que los derechos humanos no se proclaman, se actúan.
La integridad, la solidaridad y la profunda valentía que en aquel momento aciago de nuestra historia demostraran Jean Brierre y su mujer, nos exigen ejercer activamente la memoria.
La República Argentina tiene un compromiso histórico con Haití. Nuestra participación en la Misión de Estabilización, en el marco de las Naciones Unidas, se inscribe en esta obligación que nos liga con el pueblo haitiano.
El primero de enero de 2004 se cumplieron 200 años de la independencia haitiana, hito que marcó el inicio de las luchas por la emancipación de América Latina. Fue así que Haití acompañó la gesta libertaria de Bolívar, brindándole apoyo y asilo, y enriqueciendo su ideario.
Haití no sólo fue la primera república latinoamericana sino también la primera república negra del planeta. Fue el primer país donde se abolió la esclavitud, un siglo y medio antes de la descolonización del grueso de África y casi veinte décadas antes del fin del apartheid.
A lo largo del siglo XX, Haití también se ha distinguido por su producción artística e intelectual: René Depestre, Jacques Roumain y Anthony Phelps, son algunos de los nombres que dan cuenta de la peculiar riqueza de la cultura haitiana. Por su parte, figuras contemporáneas como Dany Laferriere y Edwidge Danticat constituyen un testimonio de cómo -aún en el marco de su extenso proceso de crisis social, política y económica- Haití continuó distinguiéndose por su alta productividad cultural. Haití, tierra también reconocida a nivel mundial por el singular aporte de sus artistas al arte naive.
Señoras y señores
Lamentablemente, como muchos intelectuales de su país, el Embajador Jean Brierre no tuvo la misma suerte que los ciudadanos argentinos que logró liberar y fue enviado a prisión bajo el régimen dictatorial de Duvallier.
Cuando su amigo Roger Gaillard -Rector de la Universidad estatal de Puerto Príncipe- se encontraba en el exilio, Jean Brierre le dedicó un poema que quisiera hacer propio en su homenaje:
"Yo lo encontré un día no sé dónde Recuerdo su sonrisa discreta Y su primer apretón de manos Y fue más tarde que me dije, delante de un vaso imaginario Que había encontrado... en el cruce de los cuatro caminos de los tiempos Un HOMBRE (con mayúscula)"
Muchas gracias.