En primer lugar quiero agradecer la presencia de todos ustedes en este encuentro. Sin duda, se trata de una iniciativa sumamente oportuna y propicia, que cuenta con el apoyo del gobierno portugués, representado aquí por el Secretario de Comercio, Dr. Fernando Serrasqueiro y por el embajador Antonio de Almeida-Ribeiro
También quiero dar la bienvenida a nuestro país al presidente del consejo sudamericano de las cámaras portuguesas de comercio, Dr. Antonio Bacelar Carrelhas, al Presidente Ejecutivo del Congreso, Jorge do Amaral y a los delegados de varias repúblicas hermanas.
Auguro el éxito de este encuentro. Mi optimismo se basa en el consenso que existe en nuestros países acerca de que la inversión constituye una formidable palanca para impulsar el desarrollo de nuestras economías.
En este sentido, quiero destacar que la Argentina ofrece a los inversores extranjeros un marco jurídico, que se apoya en cuatro principios básicos: trato nacional para los inversores extranjeros, posibilidad de invertir en cualquier sector de la actividad económica, acceso a programas de incentivos locales y, facilidades para la transferencia de utilidades y repatriación de capitales.
A cambio, sólo pedimos el cumplimiento de nuestra legislación y el respeto a los estándares de calidad internacionales, particularmente en lo referido a la preservación del medio ambiente.
En este contexto, quisiera hacer referencia a la evolución de la situación económica de mi país.
Efectivamente, como ustedes saben, después de pasar por una grave crisis en 2001 y 2002, hemos logrado revertir todas las tendencias negativas y sostener un fuerte crecimiento del PBI por cuatro años consecutivos, con una tasa promedio anual del 9% . Es decir, un incremento acumulativo de más del 40%, que representa la mayor expansión económica de los últimos 100 años.
De este modo, el PBI alcanzó los 200 mil millones de dólares y el PBI “per cápita” superó en 2005, los 5.000 dólares y la PPP (Purcha Sing Power Parity) se ubicó alrededor de los 12.000 dólares.
En este contexto, ha tenido lugar una recuperación notable del nivel de vida de la población.
Hoy en día la tasa de desempleo se encuentra por debajo del 10%, muy lejos del 24% registrado a mediados del 2002.
De esta manera, hemos podido cumplir en parte con uno de los principales objetivos que se trazó la administración del presidente Kirchner al inicio de su gestión, que fue la de construir un país mas justo y equitativo.
Un elemento fundamental en la consecución de estos logros ha sido una gestión fiscal responsable y sólida. Este gobierno logro revertir el signo deficitario de las cuentas públicas, a través de un importante aumento de la recaudación tributaria, impulsada por el mencionado crecimiento económico y el control de la evasión impositiva.
Por el lado del gasto público, se prestó especial atención a ejecutar un aumento selectivo, concentrado mayormente en la inversión en infraestructura y servicios sociales, como la salud y la educación.
De este modo hemos llegado al cuarto año consecutivo de robusto superávit fiscal, que este año se ubica en el 4,4% del PBI.
Por otra parte, podemos afirmar que esa excelente situación fiscal facilitó la estabilidad monetaria y cambiaria y permitió una acumulación continua de reservas internacionales, las que hoy se elevan a más de 29.000 millones de dólares, luego de haber cancelado la argentina de manera anticipada su deuda con el FMI, cercana a los 10.000 millones de dólares.
Esta política de desendeudamiento junto a la reestructuración de la deuda pública en 2005 permitió una franca disminución del peso de la misma respecto al PBI, pasando de un coeficiente de más del 120% al 65% actual.
Todo ello constituye un importante logro del gobierno del presidente Kirchner, y es también motivo de orgullo y de optimismo hacia el futuro.
Además, en el mismo periodo hemos logrado un vertiginoso proceso de impulso a nuestras exportaciones al mundo, que también están alcanzando récords históricos, previéndose que llegarán a los 45.000 millones de dólares hacia fines de este año.
Esto significa que nos encontramos en camino de lograr en 2007 una duplicación de nuestras ventas externas respecto al 2002.
Este promedio anual de crecimiento de las exportaciones en torno al 16%, permitió la obtención de un fuerte superávit en la balanza comercial, que superó los 12.000 millones de dólares en 2005.
En este punto debo subrayar que el superávit comercial constituye una novedad para la argentina moderna, porque se da en un contexto de gran crecimiento económico como el actual y no en escenarios recesivos como sucedió históricamente.
En este marco, sin autocomplacencias y comprometidos a continuar con todos los esfuerzos necesarios, redoblamos nuestra apuesta al optimismo y al crecimiento.
También es necesario señalar que este crecimiento económico sostenido ha tenido su paralelo precisamente en el campo de las inversiones, que en el último año crecieron un 23%, representando un 22% del PBI, lo que implica un importante incremento respecto al 11% del año 2002.
En lo que respecta a las inversiones portuguesas en la Argentina, podemos observar que se hallan distribuidas en una gran variedad de sectores como alimentos y bebidas; porcelanas; máquinas y aparatos eléctricos; material ferroviario; bodegas; seguros; agro-industria; fabricación de corchos y hotelería.
En cuanto a las inversiones argentinas en Portugal, podemos mencionar que existen dos franquicias argentinas que operan allí: una de servicios de lavado móvil ecológico y otra de lencería fina.
Estoy seguro de expresar el sentir de todas las naciones sudamericanas al afirmar que nuestra relación con Portugal tiene una profundidad y una fuerza que va mucho más allá del mero análisis de las cifras económicas.
De hecho, nuestra relación es producto de un largo proceso histórico y se vincula directamente con nuestra existencia como sociedades organizadas.
Desde el siglo XVI, Portugal ha sido un actor primordial en todas las instancias de nuestra historia. Y lo que fuera la antigua rivalidad de españoles y portugueses en el viejo mundo como en el nuevo, ahora se ha transformado en fructífera colaboración.
Creemos que Portugal tiene mucho que decir y su aporte a los países de nuestro continente es muy relevante.
Por ello nuestra relación debe ser privilegiada y tener siempre presente la permanencia histórica de la vinculación entre nuestras sociedades .
En este sentido, especialmente interesante nos resulta el proceso de modernización de Portugal en las últimas décadas.
Se trata de cómo ese país pudo, recuperada su democracia y en un lapso relativamente corto, adaptar sus estructuras productivas y sociales para adecuarse a sus socios de la unión europea, y de cómo ha llegado a ser una pieza fundamental en la construcción de la Europa actual.
Análogamente, en América del Sur, la Argentina, recobrada su democracia, impulsa con todas sus energías el proceso integrador del Mercosur, junto a Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, además de los estados asociados.
La realización de este congreso es, entonces, una actividad que confluye con los mencionados procesos de modernización y de integración.
Es por ello que celebramos este proceso de “mercosurización” de las inversiones portuguesas en América del Sur, y que, sin duda, contribuye a alentar fuertemente nuestra convicción acerca del camino elegido.
Asimismo, el dinamismo y crecimiento del comercio bilateral impulsa las inversiones mutuas.
Por ultimo, quiero manifestar mi confianza en los empresariados de ambos lados del atlántico, que serán quienes en último término sabrán encontrar las oportunidades concretas de negocios y llevarlas a buen puerto para beneficio de nuestros pueblos, tengo el honor de declarar inaugurado el primer congreso de las inversiones portuguesas en América del Sur.
Muchas gracias
