Se inició en Montreal la última reunión
mini-ministerial de 25 países convocados para encontrar una salida
a las negociaciones de la Ronda Multilateral de Doha que se vienen efectuando
en Ginebra dentro del marco de la Organización Mundial de Comercio
(OMC). Esta reunión se inició con un gran pesimismo debido
a las dificultades para avanzar en un programa que contemple la eliminación
de los subsidios en el sector agrícola.
La Unión Europea puso sobre la mesa la posibilidad
de reducir los subsidios distorsivos a la producción en un 60%,
mientras expresó que la eliminación de los subsidios a
las exportaciones será selectiva. Asimismo, el Comisario de Comercio
Pascal Lamy señaló que en materia de reducción
de aranceles, la UE está dispuesta a trabajar en un enfoque que
permita una efectiva apertura de mercados.
Los países desarrollados insistieron en la necesidad
de una reducción generalizada de los aranceles de los productos
industriales. En ese sentido, los EE.UU. y la Unión Europea coincidieron
en aceptar la fórmula propuesta en Ginebra de un porcentaje sobre
la tarifa promedio de cada país.
El ministro Lavagna afirmó que el objetivo de la
Ronda de Doha era mejorar las condiciones de acceso para todos los bienes,
y que la Unión Europea sólo había procedido a cambiar
el carácter de los subsidios sin reducir el nivel global. Lavagna
rechazó la propuesta de la Unión Europea de aplicar la
fórmula lineal de la Ronda Uruguay para reducir los aranceles
porque sus resultados habían sido decepcionantes para el comercio
de productos agrícolas. La delegación argentina, integrada
también por los secretarios de Relaciones Economicas Internacionales,
Martín Redrado, y de Industria y Comercio, Alberto Dumont, enfatizó
la necesidad de vincular la disminución de los aranceles industriales
con reformas substanciales en el comercio agrícola internacional.
Una gran parte del tiempo estuvo dedicada a la interpretación
de la Declaración Ministerial de Doha sobre la eliminación
de los subsidios a las exportaciones. La Unión Europea sostuvo
que nunca fue su intención comprometerse a la eliminación
total. Este argumento fue rechazado por la mayoría de las delegaciones,
que interpretaban que había que poner un plazo porque los subsidios
a las exportaciones constituían la práctica más
distorsiva de la política europea.
La posición argentina fue compartida por el canciller
brasileño, Celso Amorim, quien expresó que el Mandato
de Doha no dejaba lugar a otras interpretaciones sobre la necesidad
de eliminar los subsidios a las exportaciones en esta Ronda de Negociaciones.
Una parte importante de las delegaciones solicitaron conocer el contenido
de las conversaciones entre los EE.UU. y la Unión Europea, que
son consideradas claves para el avance de las negociaciones.
La delegación de Sudáfrica dijo que la aplicación
de la fórmula de la Ronda Uruguay significaría una mayor
apertura para los países que ya han reducido sus aranceles, mientras
que dejaría sin cambios las tarifas prohibitivas aplicadas en
los países desarrollados. El representante de los EE.UU., Robert
Zoellick, tuvo un fuerte enfrentamiento con la delegación japonesa
por la reiterada oposición para apoyar una reforma del comercio
de productos agrícolas. Bob Zoellick dijo que los EE.UU. estaban
dispuestos a aceptar disciplinas en ayuda alimentaria y modificar su
política de créditos a las exportaciones de productos
agrícolas si la Unión Europea aceptaba la eliminación
de los subsidios a las exportaciones.
La última sesión de trabajo tendrá
lugar mañana. Asimismo, los ministros han mantenido múltiples
reuniones informales para adoptar una posición común antes
de la próxima reunión ministerial de Cancún. Si
bien no habrá una definición sobre los diferentes temas
debido a la brecha sobre las expectativas de estas negociaciones, se
espera que pueda surgir un texto con instrucciones para que los Grupos
Negociadores puedan reasumir sus trabajos en Ginebra y llegar a un acuerdo
antes de septiembre.
29 de julio de 2003